Eduardo Germán María Hughes Galeano, es un periodista y escritor nacido en Uruguay. En sus trabajos literarios combina varios géneros, como la ficción, periodismo, política e historia. Esta mezcla se ve reflejada en su magnífica obra “El fútbol a sol y sombra”.
Un libro que muestra historias cortas de varios temas relacionados con el fútbol. En su redacción utiliza mucho la comparación, pero tiene como su principal arma la poesía. Galeano demuestra que no hay mejor historia que el fútbol, escrita desde una perspectiva diferente (literatura). Hace un homenaje poético a la historia del fútbol, lo sublime que era en sus inicios, allá por los años 1916 - 1920.
Entrelineas confiesa que es un amante de este deporte, pero solo juega en las noches durante su sueño y como hincha apasionado, rechaza la transformación malgastada de su deporte favorito. “Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico: —Una linda jugadita, por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me impone un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.
Es interesante como muestra la historia del deporte mejor pagado del mundo. Te remonta a los inicios, de donde surgió la idea de jugar, sus primero exponentes, pero sobre todo describe detalladamente los elementos que rodean al fútbol, el balón, los hinchas, el estadio, los árbitros, etc. Cada uno representa un lugar esencial al momento de poner a rodar el balón.
Cuenta que hace varios años el fútbol era visto como un arte y con el pasar de los años se convirtió en un negocio. Eduardo Galeano no solo describe y valoriza los elementos que forman parte del deporte, sino que también crítica fuertemente las estructuras de poder que están claramente marcadas. “A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”.
A partir de estas líneas, comienza la criticar los mundiales y la FIFA. Esta última se ha encargado de trastocar el verdadero valor de jugar sobre las canchas y gritar apasionadamente por los goles.
El “bendito mundial” uno de los eventos más importantes del mundo, que genera millones y millones de dólares. El autor también rechaza que los países potencia sean los dueños de todo y hasta de la publicidad que va y la que es rechazada. Pero aparte de mostrar lo negativo también nos enriquece detallando como eran los mundiales de los 30, 34, 54, 62. Años que fueron semilleros para las selecciones de varios países y que ayudaron a marcarlas como las favoritas del mundo (Alemania, Holanda, Brasil, Argentina, etc.). Es evidente como a través de micro crónicas, nos muestra que el fútbol es poesía en movimiento, el fútbol tiene vida propia.
También narra que tuvo el privilegio de apreciar el buen fútbol, con exponentes como Pelé y Maradona. Pero mientras más pasaban los años, ese fútbol iba desapareciendo y lo que reinaba eran los poderes económicos y políticos. Todos estos factores influían en que el deporte ya no se practicaba por pasión, sino que se veía marcado por intereses de todo tipo.
Maradona, personaje al que le dedica algunas historias cortas, un joven que nació para jugar. Cuenta sus inicios, un chico común y corriente que vivía en un barrio pobre. Un jugador que fue creciendo y se convirtió en uno de los iconos de este deporte, pero a la vez plasma su caída del trono. “«Necesito que me necesiten», confesó, cuando ya llevaba muchos años con el halo sobre la cabeza, sometido a la tiranía del rendimiento sobre-humano, empachado de cortisona y analgésicos y ovaciones, acosado por las exigencias de sus devotos y por el odio de sus ofendidos”.
Todos los elementos que Galeano critica en su libro, son un reflejo de lo que actualmente se vive. Es evidente como hay una sobreexposición de todo lo referente al fútbol, el endiosamiento y prepotencia de ciertos jugadores. En esto se ha convertido el mundial, una plataforma donde todos son juzgados y a la vez son amados. Su obra es un recuerdo del ayer, de aquellos años de oro que ya no volverán.
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